La mayor causa de sequía es la ausencia de precipitaciones, problema que cuando se mantiene da lugar a la llamada sequía meteorológica; y a la hidrológica si perdura en el tiempo y reservas de agua de acuíferos y lagos caen por debajo de la media estadística. Por su parte, la sequía agrícola no tiene que estar obligatoriamente causada por la falta de lluvias, también pueden ser responsables las erosiones del suelo derivadas del mal uso del agua.

Las sequías pueden convertirse en un fuerte enemigo si se secan las fuentes de agua, ya que esto puede provocar que se reduzca el suministro de agua potable. Para evitarlo, es esencial controlar el consumo de agua durante todo el año, con más ahínco en las estaciones secas.