¿De qué depende que la miel sea líquida o sólida?
En su estado natural inicial, la miel se presenta como un fluido viscoso. Su origen, composición y temperatura definen la mayor o menor facilidad para cristalizar y volverse sólida. En función del tipo de azúcares que predominen, las mieles más ricas en glucosa tienden a solidificarse más fácilmente que las que tienen más fructosa.
También por debajo de 14 ºC se acelera el proceso de solidificación, mientras que el calor favorece que se mantengan líquidas: a 40 ºC, prácticamente todas las mieles lo son.