¿Qué es un grillo-topo?
De hábitos subterráneos, los alacranes cebolleros están adaptados para la excavación. Sus tibias exteriores, anchas y planas, terminan en unas grandes prolongaciones denticulares que sirven de azadones para penetrar en los suelos húmedos hasta 15 centímetros de profundidad.
Muy sensibles a los plaguicidas usados en los cultivos de regadío, los alacranes cebolleros han desaparecido de muchas zonas en nuestro país. Curiosamente, estos ortópteros destacan por ser unos de los pocos insectos que cuidan su puesta, que alcanza los 300 huevos, en un nido subterráneo. Tras la eclosión en verano, la hembra vigila muy de cerca a sus crías, hasta que deciden abandonar el nido al cabo de un mes. Los alacranes jóvenes pueden pasar incluso dos inviernos en forma de ninfas antes de convertirse en adultos.