Las principales causas de este fenómeno son la destrucción de su cubierta vegetal, la falta de agua y la erosión del suelo, procesos que se incrementan debido a algunas acciones humanas, como el pastoreo y cultivo excesivos.

Actualmente, las zonas más erosionadas del mundo son Madagascar (país con mayores índices de desertificación), Túnez, Argentina (sobre todo la Patagonia), África, España (país más erosionado de la Unión Europea), e Italia (registra el menor índice de desertificación de la Unión Europea).

Hoy en día, la lucha contra la desertificación se centra en actividades que tienen como objetivo reparar la degradación de los terrenos, recuperar las tierras desertificadas y rehabilitar las parcialmente degradadas.