A priori, parece complicado eso de poder medir la felicidad, ya que se trata de algo muy abstracto y personal. Sin embargo, existe un Informe Mundial de la Felicidad (en inglés, World Happiness Report), una encuesta que realizan un grupo de expertos para las Naciones Unidas y que se encarga de inferir el estado de felicidad global de cada país.

Este año se ha publicado el cuarto informe de estas características –el primero data de 2012, al que siguieron los de 2013 y el de 2015–, y en él aparecen 157 países de todo el mundo, ordenados por sus niveles de felicidad, de acuerdo a la sensación de bienestar que existe en ellos.

Son seis los factores que más influyen en hacer de los habitantes de un país ciudadanos más felices: los ingresos per cápita, una esperanza de vida más larga y saludable, el apoyo social, poca corrupción, la generosidad y la libertad para tomar decisiones.

Por primera vez se introdujeron baremos que tenían en cuenta además las consecuencias de la desigualdad entre los ciudadanos de un mismo país, que curiosamente ha aumentado de manera significativa en la mayoría de las regiones del mundo, según apuntan los expertos que han realizado el informe.

El ‘top ten’ del ‘ranking’

Pues bien, en lo más alto de la tabla aparece, con una puntuación de 7,526 sobre 10, Dinamarca –que se ha alzado con el título en tres de las cuatro ocasiones–, seguida de Suiza, Islandia –tras los logros de su selección de fútbol en la Eurocopa de Francia no descartamos que el próximo año incluso mejore su posición–, Noruega y Finlandia. Completan el top ten de este ranking de la felicidad Canadá, Holanda, Nueva Zelanda, Australia y Suecia. Potencias económicas como Estados Unidos y China se encuentran respectivamente en los puestos 13 y 83.

¿Y los españoles? ¿Qué puesto ocupamos en esta lista? No estamos ni entre los primeros ni, desde luego, en la parte baja de la tabla: con una puntuación de 6,361 sobre 10, nos encontramos en el puesto 37 –hemos perdido una posición respecto al anterior informe–, por detrás de países como Taiwán y Catar y por delante de otros como Argelia y Guatemala.

Los últimos puestos son, por ese orden, para Ruanda, Benin, Afganistán, Togo, Siria –cuya cruenta guerra civil se prolonga desde hace ya cinco años– y Burundi, que ocupa la posición 157, el último del ranking (con un 2,905 sobre 10).