26.03.2025
Redacción América – El café hierve, y no solo en las tazas. La producción cae en Brasil, el consumo se dispara en Estados Unidos y los precios alcanzan máximos históricos. Entre sequías, plagas y tensiones comerciales, los grandes productores latinoamericanos se juegan su futuro en un mercado volátil. Desde Brasil hasta Guatemala, el café no es solo una bebida, es un pulso económico que late con fuerza en cada grano.
Brasil: Producción a la baja y precios en alza
Brasil, el mayor productor de café del mundo, enfrenta una reducción en su cosecha debido a condiciones climáticas adversas.
Sequías y heladas han impactado la producción desde 2021, y la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) prevé para 2025 una cosecha de 51,8 millones de sacos de 60 kg, un 4,4 % menos que el año anterior.
«Tras cinco meses sin lluvia en las principales zonas productoras, lo más probable es que la producción en 2025 se reduzca significativamente, especialmente la de arábica, y que el país no consiga reponer sus existencias», dijo a EFE Marcio Ferreira, presidente del Consejo de los Exportadores de Café (Cecafé) de Brasil.
La Asociación Brasileña de la Industria del Café (Abic) espera que los precios sigan altos, superando los 4 dólares por libra en los próximos meses, aunque podrían estabilizarse en 2026 si las condiciones mejoran.
Los precios se han visto presionados por el aumento de la demanda por parte de algunos países europeos, que decidieron aumentar sus compras de café este año para adelantarse a la entrada en vigor de la ley antideforestación europea, explicó a EFE el presidente de Cecafé.
El mercado interno también ha sufrido las consecuencias: el precio del café ha subido un 89 % en el último año, lo que afecta a la popularidad del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Mientras tanto, el país ha aumentado sus exportaciones a Vietnam e Indonesia para compensar la caída en esos mercados y ha elevado las ventas de café robusta a Estados Unidos.
Colombia: Expansión en EE.UU. y nuevos mercados
Colombia, tercer productor mundial de café arábica suave, mantiene a Estados Unidos como su principal mercado, ya que representa el 40 % de sus exportaciones.
«La historia demuestra que Estados Unidos ha sido, es y será el cliente número uno del café colombiano, porque los consumidores así lo han decidido», dijo a EFE el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Germán Bahamón.
La FNC, gremio fundado hace 98 años y que agrupa a 560.000 familias caficultoras, ha diversificado el mercado del café colombiano para llevarlo a todos los continentes pero sin perder de vista el mercado estadounidense, donde busca cerrar la brecha entre la importación mayorista y el consumidor final en EE.UU., apostando por marcas como Juan Valdez y ¡Dios Mío!.
Fuente Proceso digital