Las criaturas que habitan el abismo oceánico muestran una tendencia al gigantismo. Debido a las condiciones extremas en las que viven, crecen muy lentamente en los periodos favorables. Esto hace que su metabolismo sea lento y que vivan muchos años, lo que los convierte en gigantes. Uno de estos animales extraordinarios es el tunicado ascídido Megalodicopia hians, que habita en el cañón de Monterrey a profundidades que alcanzan los mil metros. Normalmente, las ascidias son pequeños filtradores de zooplancton, pero el Megalodicopia alcanza los 15 cm de longitud y tiene una boca de unos 10 cm de ancho con una faringe llena de cilios.