La Luna no es una esfera perfecta sino que tiene una forma parecida a un limón, según afirman en un nuevo estudio un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz (EEUU), quienes han descubierto el motivo por el que nuestro satélite natural tiene esa pequeña deformidad en su contorno.

El estudio calculó el efecto de las fuerzas de rotación y las mareas gravitacionales en la forma de la Luna primitiva. Así, descubrieron que la fuerza gravitacional que ejerce la Tierra y los propios giros de la misma, provocaron que la forma de la Luna no sea totalmente esférica.

“Está girando muy lentamente, y está realmente lejos de la Tierra, así que no es probable que las fuerzas de marea actuales estén causando eso”, afirma a la revista Nature Ian Gerrick-Bethell, líder del estudio.

¿Cuándo ocurrió esto entonces? Cuando la Luna era en su mayor parte líquida, cubierta por una delgada corteza de roca y se encontraba mucho más cerca de nuestro planeta, por lo que las mareas gravitacionales eran más fuertes y los giros de la Luna también eran más rápidos. Ambas circunstancias flexionarían y tirarían de esa delgada corteza, fijando las irregularidades del exterior que actualmente vemos. Lo que le dio la “forma de limón”.