¿Por qué los iglúes no se derriten?
Hay que tener presente que el aire es un pésimo acumulador de calor: basta el calor corporal del esquimal para que se caldee el ambiente, pero el aire caliente se enfría nada más tocar las paredes de hielo. Éste, por el contrario, necesita un gran aporte de energía calorífica para derretirse, algo que no se consigue gracias a las gélidas temperaturas que reinan en el exterior. Es por ello por lo que las paredes del iglú sólo empiezan a sudar durante la época estival, cuando la temperatura ambiente alcanza los 20 ºC.