Arma de seducción, el trasero humano está constituido por dos hemisferios carnosos, suaves y bamboleantes, sobre todo los femeninos. La forma de cada nalga viene determinada por un músculo conocido como glúteo mayor, cuya función en condiciones normales no es otra que la de estabilizar la pelvis y aportar un apoyo estable a la columna lumbar, aparte de servir de tapadera del olor anal. Así, la anatomía del culito, casi tan variada como la del rostro, depende de la forma y el desarrollo de los glúteos, que en parte aparece fijada por la herencia y en parte por la actividad física: el ejercicio, por ejemplo, hace que los glúteos sea más firmes y prietos; y el sedentarismo, por el contrario, favorece los depósitos de grasa y la flacidez de las nalgas.