Planta originaria de la India, de caña articulada muy ligera y resistente, el bambú tiene la propiedad de desarrollarse a una velocidad pasmosa. Ciertas especies de este vegetal, como la Phyllostachys bambousoïdes, pueden crecer hasta un metro en sólo 24 horas.

Antiguamente, los agricultores orientales creían que los bambúes crecían rápidamente debido a que la planta posee propiedades mágicas. Hoy, los científicos han dado con el mecanismo fisiológico que permite al bambú desarrollarse de forma veloz. La plántula -planta joven- germina con la forma que tendrá en edad adulta. El tallo, que aparece hueco, está segmentado por sus nódulos definitivos, las líneas negras trasversales que aparecen en la planta. Entre uno y otro nódulo, se apilan baterías de células vegetales que al crecer se hinchan y despliegan de forma rápida como si fueran los segmentos de una caña de pescar telescópica.