¿Pensamos mejor solos o acompañados?
En su estudio, el neurocientífico Chris Frith y sus colegas investigaron la capacidad de dos personas para combinar la información sensorial. Sus resultados indican que los humanos poseen un talento especial para combinar información de distintas fuentes sensoriales y tomar decisiones mucho más sólidas que las obtenidas de una única fuente. En un experimento inicial los investigadores solicitaron a los participantes del estudio que detectaran por parejas una señal muy débil emitida a través de una pantalla de ordenador. Si los voluntarios no llegaban a un acuerdo sobre cuándo se había producido la señal debatían hasta llegar a una decisión consensuada. Según el experimento, las decisiones conjuntas mostraban mayores niveles de acierto. El equipo también realizó otros dos experimentos que indicaron que los resultados más certeros dependen de la capacidad de diálogo del equipo, y que dar la razón a otra persona no basta.
Otro experimento reveló que cuando uno de los componentes de la pareja poseía información falsa o una habilidad menor, el proceso de toma de decisiones conjunto podía ser contraproducente. Y que, por lo tanto, «las decisiones conjuntas no son adecuadas si uno de los miembros del equipo es incompetente y además inconsciente de su condición.»