Normalmente, hay tres señales que alertan de que casi con seguridad se ha contraído una enfermedad infecciosa en la visita a un país exótico.

Diarrea del viajero. Afecta a más del 50% de los turistas, debido al consumo de agua o alimentos contaminados. Se manifiesta a través de la deposición de más de tres defecaciones líquidas o pastosas al día; o por un número indeterminado de visitas al retrete asociadas a dolores abdominales, fiebre, vómitos o sangre en las heces.

Fiebre. Afecta al 20 % de los turistas. Puede estar desencadenada por infecciones del tracto urinario y respiratorio, hepatitis virales, dengue y fiebre amarilla, entre otras enfermedades.

Problemas cutáneos. Afecta al 15% de los turistas. Dependiendo de la zona visitada, los más frecuentes son la larva cutánea migratoria, la piodermas, el rash infeccioso y la leishmaniasis.